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Si realiza trabajos de diseño gráfico, decidir qué tipo de ordenador comprar (uno con una tarjeta gráfica específica o uno con un sistema integrado) puede resultarle difícil. 

Consulte nuestra guía para saber cuánta memoria gráfica necesita

Los ordenadores pueden o bien tener una tarjeta gráfica específica con memoria (RAM) integrada o un sistema integrado (de uso compartido) en el que los componentes gráficos forman parte del procesador (CPU). Los sistemas integrados usan una parte de la memoria del sistema para las tareas gráficas, lo que reduce la cantidad de RAM disponible para uso general.

Sin embargo, recientemente se ha añadido otra opción al mercado: ordenadores con un sistema de uso compartido que además tienen una tarjeta gráfica específica. Esto recibe el nombre de gráficos intercambiables o unidad de procesamiento acelerado (APU, por sus siglas en inglés) según el fabricante. El ordenador puede configurarse para decidir qué método utilizar en cada situación sobre la marcha o, por el contrario, el usuario puede optar por escoger manualmente qué configuración usar.

Hasta ahora, cualquiera que quisiera realizar trabajos de diseño gráfico debía optar por una tarjeta gráfica específica. Una tarjeta gráfica independiente ofrece gráficos realistas y nítidos rápidamente, permitiendo editar vídeos y realizar proyectos complejos de diseño gráfico. Los inconvenientes de una tarjeta gráfica específica son su elevado precio, gran tamaño, consumo adicional de energía y producción de calor. Estos atributos hacen que sean difíciles de incorporar en un portátil.

Los últimos avances tecnológicos han permitido a más fabricantes incluir tarjetas gráficas independientes en los portátiles más grandes, de gama alta. El precio a menudo se ve afectado, pero puede merecer la pena si realmente necesita una gran capacidad gráfica en su portátil.

Tradicionalmente, los sistemas de uso compartido se asignaban a los ordenadores de gama baja. Permitían al ordenador mostrar hojas de cálculo y páginas web generales, pero solían ser lo suficientemente potentes para poder realizar trabajos de diseño gráfico o edición avanzada de fotos. Los sistemas integrados producen menos calor y permiten una vida útil de la batería más larga, por lo que resultan perfectos para los ordenadores portátiles.

No obstante, en los últimos diez años los sistemas gráficos de uso compartido han mejorado considerablemente. A medida que los ordenadores portátiles se han vuelto cada vez más pequeños y ligeros, y los usuarios han aumentado su uso de los gráficos mediante la edición de vídeos y los juegos, los fabricantes han dado con nuevas alternativas para mejorar las capacidades gráficas de los sistemas integrados. Las capacidades gráficas se han aumentado ya que la mayoría de los usuarios interactúa con vídeos de alta resolución, edita fotos y juega a videojuegos. Aun así, los sistemas integrados todavía no son lo suficientemente buenos para ejecutar juegos 2D complejos y juegos 3D o para editar vídeos.

Los sistemas intercambiables han aparecido en los últimos diez años y hay opciones para todos los precios. Estos sistemas duales alargan la vida útil de la batería cuando los usuarios no están ejecutando aplicaciones que hagan un uso intensivo de los gráficos, pero también ofrecen capacidades gráficas avanzadas siempre que es necesario. Obviamente, son más caros que un sistema normal.

Dado que la tarjeta gráfica específica puede desactivarse, los portátiles pueden obtener toda la refrigeración que necesitan con un sistema más pequeño y continuar ofreciendo una vida útil de la batería aceptable sin renunciar a sus capacidades gráficas.

Lo que decida dependerá en gran medida de cuánto use su ordenador para el diseño gráfico, la edición de vídeo y la ejecución de juegos 3D, además del resto de sus requisitos personales.

Si planea comprarse un ordenador de sobremesa y necesita un alto nivel de gráficos, lo más barato es optar por una tarjeta gráfica específica. Por el contrario, si lo que busca es la portabilidad de un ordenador portátil, tendrá que decidir entre un sistema integrado y un sistema intercambiable. Por lo general, todo se reduce a una cuestión: ¿Cuánto está dispuesto a gastarse?